viernes, 31 de agosto de 2012

Salida triunfal


Ante la sorpresa de todos, se abalanzó sobre la repisa, enganchó la botella con ambas manos y, después de amorrarse a ella, con un largo y sostenido trago la apuró. Al ver las caras de estupor y bochorno a su alrededor, aun se defendió puntualizando: «Yo nunca llamaría a esto abuso, en todo caso deberíamos considerarlo un exceso reparador».

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