Recibo consejo de mi voz, que me llega hoy muy sensata. A la vez que callo, me escucho, a la espera de que algún eco interno resuene. Y cerrado en ese cortocircuito profundo, quedo atento y en suspenso, como quien se imagina muy dueño de sí. Con ese paso doble, mientras callo y mientras escucho, la noria renqueante, esa mi sensata consejera, no cesa de abrevar mi mente con poderosas imágenes externas. Sus proporciones me empiezan a asustar y más aún saberme dueño de ellas. Vuelta a vuelta, no para la rueda loca de exprimir mi vacío y de rodearme de tanta imaginería que me siento dueño de todo. O de casi todo, porque no llego a verme dueño de mí, que sería lo realmente importante después de todo.
martes, 22 de mayo de 2012
Pensamientos nulos
Recibo consejo de mi voz, que me llega hoy muy sensata. A la vez que callo, me escucho, a la espera de que algún eco interno resuene. Y cerrado en ese cortocircuito profundo, quedo atento y en suspenso, como quien se imagina muy dueño de sí. Con ese paso doble, mientras callo y mientras escucho, la noria renqueante, esa mi sensata consejera, no cesa de abrevar mi mente con poderosas imágenes externas. Sus proporciones me empiezan a asustar y más aún saberme dueño de ellas. Vuelta a vuelta, no para la rueda loca de exprimir mi vacío y de rodearme de tanta imaginería que me siento dueño de todo. O de casi todo, porque no llego a verme dueño de mí, que sería lo realmente importante después de todo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario