domingo, 27 de mayo de 2012

Vengo experimentando ardor


No dije que no escociera, dije que no basta con experimentar cierta desazón para afirmar que es vitriolo, aunque la etiqueta del frasco con que te rocías eso diga. Si quieres que te tomen por experimentador meritorio en vez de por un cronista pusilánime, más vale que aportes datos de la extensión y profundidad de los estragos cutáneos. Datos convalidables y que vengan refrendados con algún fotograma del desgaste experimentado. Sólo con referencias numéricas, ese amargo testimonio pasará a considerarse una prueba experimental y tu actuación merecerá crédito investigador. Si además quieres verlo publicado, no dejes que en tu informe se trasluzcan lamentos y apreciaciones personales que confundan su carácter objetivo y riguroso. Has buscado la gloria científica con ardor y recibirás a cambio tu bálsamo, pero no enseñes tus feas heridas, no rebajes tu enfrentamiento con la verdad empírica para dejarlo todo en un simple escarmiento al experimentador por su osadía.

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