viernes, 4 de enero de 2013

Lo relativo y su método


Entre las nociones absolutas de verdadero y de falso encontramos siempre verdades incompletas, que convierten la consecución de la verdad en un proceso progresivo y el error en un consecuencia natural pero siempre relativa. Probablemente no haya que considerar la verdad completa o absoluta como un ajuste formal, sino únicamente como un incentivo que guía la explicación, y la explicación como instrumento de predicción y supervivencia. Tras esta rebaja de objetivos, la tarea de la ciencia se limitaría a establecer el grado de ajuste o de relativa verdad que los modelos científicos ofrecen respecto a la realidad. Sobre lo que hayamos de tomar por realidad o por naturaleza mucho habría que hablar, ya en un orden filosófico. Pero, si aceptamos el concepto, podemos concluir que englobar esas verdades temporales, parciales o relativas para asimilarlas al llano error, que por defecto calificador será absoluto, es un error de orden metodológico, no absoluto claro, pero cuyas proporciones deberían ser calculadas en función de la confusión que generan. Asimov, de quién leía un artículo sobre este punto, The Relativity of Wrong (The Skeptical Inquirer, 14 (1989)), ilustraba esta cuestión con el siguiente ejemplo: «...cuando la gente pensaba que la tierra era plana, estaba equivocada. Cuando la gente pensaba que la tierra era esférica, estaba equivocada. Pero si crees que pensar que la tierra es esférica es tan equivocado como pensar que la tierra es plana, entonces tu visión es más equivocada que las dos anteriores juntas.»

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