sábado, 13 de octubre de 2012

Frutos del estío


Hago venir serena la paz
a las sombras de julio,
ligero vuela ese sueño
que visita el desaliento
entre ráfagas de fuego.

Hago que el rostro diga
entre sombras y arrugas,
con minúsculo gesto,
hacia dónde llevan
las penas su mirada profunda.

Hago de las tenues ramas
sombras propicias,
donde se abre espacio
a un futuro fácil,
que ya sólo despertar espera.

Hago ancho
lo que siempre fue estrecho,
ese oscuro brillo
donde siempre me pierdo.
Hago de palabra
lo que a otros confunde,
vigilar ese sueño de cerca

y escapar al ardiente silencio.

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