martes, 18 de septiembre de 2012

Insultos y conclusiones


Para muchos el final de una crítica aguda, su desembocadura natural, es el insulto o la burla; en otras palabras, atizar duro y de palabra al valedor de ese discurso insoportable. Eso no hace el discurso más soportable, tampoco menos válido, simplemente lo ahuyenta. Si ese discurso es sólido, volverá con mayor razón y con más valedores. Se verá entonces el ingenioso refutador obligado a buscar nuevos insultos y también a multiplicarlos para contener esa terrible amenaza que se le cierne y con la que el incómodo discurso poco a poco le aprieta, sus conclusiones.

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