miércoles, 5 de septiembre de 2012

El caminante temerario



A quienes resultan molestas las citas en un texto, siempre les recuerdo que quien prescinde sistemáticamente de ellas alimenta la vaga ilusión del que camina sobre las aguas. No sería grave, si sólo el autor se hundiera tras los oportunos cañonazos de la crítica. Lo peor es que de la mano con él se van a pique también sus lectores, que se ven súbitamente sin asidero al que agarrarse y en un mar demasiado ancho y bravío como para seguir a flote.

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