martes, 4 de septiembre de 2012

Apunte sobre el progreso


Con el signo del progreso marcamos todo aquello que hace nuestra vida menos penosa y más segura. Probablemente ese es el único tipo de progreso que en un principio era apreciable para el hombre. Para ver más allá de esas dos razones hay que estirarse un poco, si bien puede que en ese intento de reconocer otras de mayor peso acabemos en conclusiones peregrinas. Las destrezas, recetas, fórmulas, máquinas y todo el despliegue de soluciones que impulsan el progreso humano son parte de una estrategia defensiva, se podría decir que característica de nuestra especie. De hecho, el núcleo en torno al cual se genera progreso es fundamentalmente el instinto de supervivencia. En cierto modo el progreso no hace sino desarrollar de un modo peculiar esa primera pulsión instintiva.

Lo que hace peculiar a ese intento defensivo que articulamos mediante el progreso es que sólo fructifica gracias al conocimiento y que lo acabamos percibiendo como un aumento de nuestro bienestar. Ahora bien, que el progreso dependa del conocimiento y se refleje en el bienestar no quiere decir que deba ser confundido con la sabiduría ni con la felicidad. El conocimiento, en concreto, es fuente indudable de progreso, pero no siempre culmina con él. Es posible incluso ir en la dirección contraria cuando, pese a haber alcanzado grandes conocimientos, nos sentimos en retroceso al vernos sometidos de nuevo a penalidades e inseguridades que creíamos olvidadas. Así que, aun siendo estrecha, y con cierta tradición política, la relación no deberíamos creer que los avances científicos aseguran el progreso, más bien podemos estar seguros de que la ausencia de vigor científico anuncia el retroceso.

Son muchas las razones por las que los hallazgos científicos, y en general el aumento de nuestro conocimiento del mundo, no se traducen en progreso. Muchas de ellas son de naturaleza política y serían demasiado largas de discutir. Me conformaré con volver a esa percepción de inseguridad y penalidad. Hablamos en este caso de un sentimiento que por su carácter subjetivo está expuesto a una valoración irregular, coyuntural e interesada, y que, en ausencia de signos claros de progreso que lo disipen, hace a muchos sospechar que vivimos inmersos en un estado de retroceso. La distancia que media entre esos signos positivos y unos avances científicos generalmente de difícil comprensión provoca un retardo, un tiempo muerto que es pronto devorado por esas sensaciones personales a través del estado de ansiedad que los instiga. He ahí una de las causas por las que la ciencia comienza a perder entre nosotros relieve y también el apoyo necesario para mantenerla viva.

Hay otro factor que contribuye paralelamente a afianzar ese estado de opinión reservada y expectante respecto al progreso. Decíamos que en el bienestar está su reflejo más inmediato y elocuente. Como si de las acciones materiales emprendidas con el progreso se derivaran necesariamente beneficios de orden psicológico, creando una imagen moral del propio progreso. Al revestir el andamiaje material de motivaciones individuales se concurre fácilmente con otras aspiraciones morales, lo que lleva a algunos a creer que en el progreso está el camino de la felicidad. No es de extrañar, por tanto, que para muchos la felicidad quede reducida a un estado personal marcado por la seguridad y la carencia de penalidades. Impresiona ese ajuste eficaz entre la felicidad y la idea original de progreso, ese acoplamiento del beneficio moral a la solvencia técnica, pero sabemos que apenas se da.

Si el discurso científico, tan necesario, queda con frecuencia descolgado del progreso, hasta el punto de convertirse en un discurso sospechoso y, en el peor de los casos, inútil, qué decir de este discurso moral en el que el progreso material se integra como fuente natural de felicidad. Ciertamente hay mucho que decir en ambos casos, pero lo que no se puede es proponer la confusión como método y hacer intercambiables, a todos los efectos, las ideas de avance científico, progreso y felicidad.


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