martes, 13 de noviembre de 2012

Lo sencillo nunca es sencillo


Estamos más acostumbrados a escuchar guitarras rasgueadas —cuando no desgarradas, o con el timbre desfigurado al ser amplificadas— que bien tañidas; tanto, que la guitarra ha quedado casi desterrada del dominio del pulso para continuar por el de una percusión al parecer más prometedora. Se ha impuesto de este modo un estilo de toque que resalta el acorde a costa de sacrificar cualquier menudeo o figura sobre las cuerdas. Fiándolo todo a la potencia sonora, puede que haya todavía sitio para el alarde, pero no demasiado para los matices. Las caricias, valga la metáfora, requieren un oficio y un disciplina bien aprendidos, son parte esencial de la interpretación. No es cuestión de articular sonido, sino de entregarlo personalmente según la virtud del momento. Habrá que llamarlo inspiración o talento musical, no sé. A cambio, me conformaré con predicar con un ejemplo.


Canarios, Antonio Martín y Coll,
José Miguel Moreno, guitarra barroca, Juan Carlos de Mulder, tiorba.

No hay comentarios: