viernes, 6 de abril de 2012

Los puentes


Los verás con el brazo al frente señalando con rapidez y convicción puntos dispersos en el vacío. Los orates forman una especie abundante, regularmente distribuida y claramente sobrestimada por la multitud. Son aquellos que frente a la duda pontifican y encima creen que tienden puentes. Más raros, pero preferibles, son los magos. A nadie engañan del todo cuando ahogan dudas llenando el paisaje de sinuosos ríos en vez de pantanos, a nadie en realidad intentan convencer para cruzarlos. Sabemos que para esa travesía de puentes hay que ganarse el trato de otra gente, la más huidiza y escasa, los sabios. A diferencia de los orates, a estos es difícil encontrarlos. No nos queda otra entonces que seguir recorriendo las orillas, estimando las anchuras y buscando los vados, hasta que veamos el día en que ni siquiera necesitemos sabios.

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