sábado, 4 de febrero de 2012

Suerte para el pasajero


Puente de Santiago sobre el río Mapocho, Chile
Barón de Bouganville, Journal de la navigation autour du globe (1837)
Conservo del corte musical inferior la fecha en que lo grabé. Fue el 2 de diciembre de 2011, hace dos meses. La película de la que procede, «El árbol de la vida», ni siquiera la he visto. Es posible que no llegue a verla —añadir que nunca sería demasiado. Lo que temo de las imágenes es que empañen la fuerza evocadora de esa música y que acaben por fijar una emoción, que aun hoy se mueve libre al vaivén de mi ánimo cuando la escucho. Parecida impresión tuve ese día y para que no resultara amarga para siempre, evité fijarla por escrito en este blog. Sería tan cruel como clavarse un clavo para que pudiera lucir mejor el cuadro colgado en él. He esperado a que ese clavo no doliera. Ahora sé que nunca dejará de doler. Hay fechas en que todo cambia repentinamente. Crees que a la aceptación de lo inevitable, de aquello que no está en tu mano, le seguirá el consuelo de la resignación y que después llegará la comprensión, porque presumes impensable el olvido. Lo que ahora te toca es repensar momentos, entretener recuerdos y acallar así temores. De poco sirve ya pensar cuándo, por qué y para qué se ha ido. Tu sigues aquí, y aquí continúas trabajando mientras piensas, por aquí andas perorando mientras piensas y desde aquí acabas escribiendo mientras piensas. También hay días como hoy, en que la melodía te sorprende de nuevo mientras piensas y te dice que confíes, que un nuevo mundo benigno y próspero ha acogido a ese pasajero con el que viaja lo mejor que quedaba de ti.



River, Alexandre Desplat,
BSO The Tree of Life (2011), dir. T. Malick.


No hay comentarios: