martes, 21 de febrero de 2012

Sueños y estrellas


El que maneja sueños confunde verdades, el que confunde verdades acaba apagando estrellas y el que apaga estrellas vuelve a rebuscar en sus sueños.

Quería ser esto una especie de ciclo argumental, pero releyéndolo tengo dudas más que razonables. Más tendente a sugerir que a deducir, con esa voltereta retórica se quiere explorar donde nada podemos afirmar. De ponernos a hilar fino, lo primero sería identificar a quien media en el argumento y reúne concluyentemente esos tres talentos, a saber, manejar sueños, confundir verdades y apagar estrellas. Pero seguramente es demasiado el censo a explorar para tan vagos predicamentos. Ni siquiera es seguro que esos talentos sean tales ni que sean del todo compatibles, ni que haya quien sea capaz de retenerlos juntos. Así que dejemos a un lado a esos elegidos y aflojemos un poco la lógica. Por eso no nos van a faltar conclusiones. Puede que el mundo sea más comprensible contemplado desde esa rueda de sueños, de verdades y de estrellas negras. Al fin y al cabo la vida suele seguir esos ciclos angustiosos, aunque la lógica intente rectificarlos sin éxito.


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