martes, 27 de marzo de 2012

El aventurero


Cuando la mente se estanca, a muchos nos da por echar la cabeza atrás haciendo un obtuso y dando signos de desmayo. Ya ahí esperamos, con la vista perdida en lo más alto, al paso de nuevas nubes de refresco, confiando que no nos traigan más tormenta. Ponemos suavemente nuestra silla a dos patas y pasamos instantáneamente por el punto de equilibrio, justo antes de meternos de cogote en nuestra biblioteca de cabecera, rincón siempre socorrido y solemne, entrañable como pocos, a poco que se amen los libros. Tanto si nos descabezamos con estrépito como si rectificamos en vuelo, salimos bien aprendidos sobre el apoyo escaso de nuestro arsenal librero y nada enseñados de cómo planear un despegue mental sin riesgos.

No hay comentarios: