miércoles, 27 de marzo de 2013

Supuestos


El que todo lo supone en vez de saber sabe que lo que supone nunca lo llegará a saber. O sea que realmente sólo puede suponer que él todo lo supone en vez de saber, por lo que nunca llegará a saber que lo ha supuesto, sólo supondrá que lo ha supuesto.

viernes, 22 de marzo de 2013

Más allá


Sobre la película Amour de Haneke se va escribiendo tanto que, aun sin mediar la fuerza plástica de las imágenes, que a buen seguro me dejarían por un tiempo tocado y trastornado, hay una cita que probablemente refleja con precisión el sentido en que evoluciona su argumento.

De forma casual el otro día volvía a Nietzsche, a su Más allá del bien y del mal, y localizaba el aforismo que, supongo, da pie al título de la obra. Lo que en él se dice es: «Lo que se hace por amor acontece siempre más allá del bien y del mal».


domingo, 17 de marzo de 2013

El vuelo en dos segundos



Algo se movía en aquel muro de oscura caliza que se alzaba sobre la corriente. El lugar, un estrecho paso del río junto al primer túnel en la Foz de Lumbier, es relativamente concurrido por los visitantes y el paredón bien visible, aunque el río lo haga inaccesible. Estaba allí en el primer roquedo gris, bordeando unas manchas de humedad que la lluvia había dejado en la roca. Subía a saltitos casi sin distinguirse del paredón gris, pero cuando abría las alas se veía todo ese plumaje blanquirrojo como si fuera una mariposa. Luego ha decidido volar hacia nuestra orilla y meterse en unas matas, abajo junto al agua, donde igual tenía el nido. No ha habido fotos, pero me conformo con haberlo visto. Sobre todo en ese último vuelo en que ha desplegado las alas con todo su colorido. Se llama treparriscos (Tichodroma muraria). No es raro de ver ahí, según dicen. Pero parece que por esta vertiente del Pirineo sólo hay unos cientos de parejas.

viernes, 15 de marzo de 2013

Prótesis argumentales


Nos estamos convirtiendo en una sociedad demasiado avezada en urdir hipótesis, que al fin y al cabo son gratuitas, y más bien remisa a la hora de concluir tesis, seguramente por el esfuerzo que requieren.

viernes, 1 de marzo de 2013

Lo que llega con el título


Como el mensaje viene ya apuntado y lanzado, para unos cobra su sentido, para otros se revela como un contrasentido y para la mayoría concederle título sólo es un sinsentido.

martes, 19 de febrero de 2013

Esperaba otra respuesta


Metido en las profundidades de la Patagonia andina, Bruce Chatwin pasa por Trevelin. Tras ser acogido en el Instituto Bahaí, nombre con el que los novicios persas que lo habitan se refieren a su apostólica misión en aquellos parajes, su guía espiritual, algo intrigado por el extraño rumbo del recién llegado, decide poner precio a su hospitalidad con una inquisitoria.
«—¿Qué religión profesa usted?—preguntó Alí—.¿Es cristiano?
—Esta mañana no profeso ninguna religión específica. Mi dios es el dios de los caminantes. Si caminas mucho, es probable que no necesites ningún otro dios.»
Aunque la respuesta de Chatwin dice mucho sobre su modo de entender el mundo y su vida, su interlocutor la entiende como una sospechosa evasiva, o mejor sería decir que ni la entiende ni la acepta. Así que continúa con un amago de ordalía, a base de machete y revólver, con la que intenta calibrar la animosidad y la peligrosidad del viajero. Finalmente, vista su insolvencia física y sus dudosas creencias, sin más se le abandona.

La anécdota ilustra recelos y actitudes bastante extendidas. En algún otro momento del viaje la pregunta se repite, pero aquí el criterio que impera es dar asilo sólo a los fieles creyentes. Como caminar sin rumbo fijo suele ser visto como un esfuerzo inútil, apenas se concede crédito al de religión errabunda. Y aunque se le deje explicarse, la lógica del clérigo pronto lo condenará. Si no es un hombre de fe, no es peregrino; si no es un peregrino, no está libre de sospecha; si su credo es sospechoso, mejor fuera del templo, a la intemperie.


lunes, 18 de febrero de 2013

Que yo me entere


Lo llaman momentos sartoriales pero sólo es una colección de disfraces.
Lo llaman magia crepuscular pero está a punto de caerse de viejo.
Lo llaman ministerio petrino pero es simplemente el oficio del Papa.

Lo llaman ceguera vocacional pero querría cobrar el sueldo pactado.
Lo llaman declaración de intenciones pero nunca se reseñan todas.
Lo llaman vínculos prioritarios pero hablamos de pernadas y abusos.

Lo llaman opinión asistida pero más parece reanimación boca a boca.
Lo llaman herramienta conversacional pero nadie sabe en qué hablan.
Lo llaman lavado onírico pero esa es la fase crítica en el presupuesto.

Lo llaman servidor plúrimo pero sólo es un amante programable.
Lo llaman espíritu cerval pero es lo que flota tras lo cornamental.
Lo llaman corazón mío pero él declara que nunca lo será.