domingo, 17 de marzo de 2013

El vuelo en dos segundos



Algo se movía en aquel muro de oscura caliza que se alzaba sobre la corriente. El lugar, un estrecho paso del río junto al primer túnel en la Foz de Lumbier, es relativamente concurrido por los visitantes y el paredón bien visible, aunque el río lo haga inaccesible. Estaba allí en el primer roquedo gris, bordeando unas manchas de humedad que la lluvia había dejado en la roca. Subía a saltitos casi sin distinguirse del paredón gris, pero cuando abría las alas se veía todo ese plumaje blanquirrojo como si fuera una mariposa. Luego ha decidido volar hacia nuestra orilla y meterse en unas matas, abajo junto al agua, donde igual tenía el nido. No ha habido fotos, pero me conformo con haberlo visto. Sobre todo en ese último vuelo en que ha desplegado las alas con todo su colorido. Se llama treparriscos (Tichodroma muraria). No es raro de ver ahí, según dicen. Pero parece que por esta vertiente del Pirineo sólo hay unos cientos de parejas.

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