lunes, 31 de diciembre de 2012

Un triángulo solar


Para los que creen que el escenario no prefigura los personajes del drama, que se imaginen por un momento habitantes de una tierra orbitada por tres soles, en uno de esos planetas que los astrónomos han descubierto recientemente. Con ese firmamento de fondo, no veo motivo para que en ese mundo vivan entregados al monoteísmo solar y tampoco creo que su gente entienda de dialécticas o de éticas maniqueas. Mitómanos o no, sus obsesiones, sus creencias serán de otra naturaleza, porque los efectos de tres soles casi nunca son lineales, dibujan nuevos campos de fuerzas y dan lugar a sociedades cuyo drama es normalmente más complejo. Las relaciones no mejoran sin un bien y un mal absolutamente opuestos, la cosa simplemente se complica con más de dos polos cuando hay que encontrar la posición y el valor de lo intermedio. Creo que, de haber figuras míticas en ese mundo a tres soles, se construirán en torno a sus ciclos astronómicos, que para sus habitantes serán vitales. Parte del credo girará en torno a convergencias, eclipses y alineaciones solares, y se verá inducido por los efectos de esas efemérides, ya sean reales o presumidos. Inútil compararlos con nuestro insensible paso por las casas del Zodiaco, puesto que los tres soles mantienen ante los habitantes una presencia indiscutible. Esta razón nos lleva también a creer que el aspecto externo de estos astros solares debe ser un asunto decisivo. Como los colores difícilmente serán similares, estamos obligados a entrar en interpretaciones. Habrá un sol rojo y fogoso, aunque solo sea por una cuestión de brillo, y frente a él otro más atristado y gris, quizá hasta purpúreo, y mediando entre ambos, pero alejado de ellos, uno que parece más cálido y meloso, como un rostro casi humano. Hay mucho sitio para interpretaciones distintas, no lo niego, al fin y al cabo de los triángulos nacen muchas variantes, algunas de ellas bien insólitas. Con todo, lo más común es fijar la atención en dos de los soles y tomar el tercero como catalizador y árbitro de los impulsos generados por los primeros. El cuadro no nos es del todo extraño, pero no suele crear mitología ni ningún tipo de culto. Entre tres el equilibrio resulta ser siempre tan dinámico que ni llegan los soles a cuajar en mito ni merecen iconografía o estatuaria alguna. En ese marco no se pueden cultivar creencias firmes, tan sólo contemplar su peculiar juego. Un juego escénico que tiene algo de constante farsa, en la que como arquetipos solares bien podrían servir nuestros Arlequín, Pedrolino y Colombina. Tomándolos como dioses tutelares, la fidelidad pasaría a un segundo plano y toda relación sería una comedia para tantear la verdad, convertida en rehén solar y sin equilibrio posible.

domingo, 30 de diciembre de 2012

¿Qué había que cantar?



Generalmente mis sueños son recurrentes y poco novedosos, insisten en algún tipo de falla personal y se aplican puntualmente a recordarme o a alertarme sobre algo que no consigo entender bien del todo o que directamente olvido apenas despierto. Uno que se viene repitiendo es aquel en que me veo enrolado de manera fortuita en una compañía que interpreta un musical y paso sin pretenderlo a ser voz cantante con sorprendente éxito. Este sueño me ha sobrevenido en épocas muy distintas, adornado con matices diversos, cercanos a los asuntos y personajes de diario, que hacían variar los compañeros de reparto, la fachada del teatro y hasta el mundo entre bambalinas. En ese tronco onírico se injertan de vez en cuando como extensiones nuevos sueños que remiten, por sabido, al primero, al de la función musical. El detalle de hoy estaba en el programa de mano, en el tríptico de presentación de la obra, que incluía también la letra de la canción principal que yo como protagonista debía interpretar en cierto momento. De forma vaga recuerdo que el momento llegó, estando yo absolutamente convencido de cuál era mi papel, a pesar de no haberlo ensayado en su nueva versión. Sin embargo, no pude emitir sonido alguno, mientras con el tríptico en mano la música sonaba e incluso el apuntador me iba susurrando la canción. El público, muy numeroso, comenzó a quejarse y lanzar objetos. Aquello se convirtió en una especie de levantamiento del que todos los de la compañía intentamos escapar. Del final sólo recuerdo que estábamos en un callejón sin salida, esperando la llegada de los sublevados. A remolque del grupo, nadie me prestaba demasiada atención, salvo cuando alguno, en medio del barullo, se cruzaba ocasionalmente conmigo y me lanzaba una mirada de inquina como culpable de la situación. Como de costumbre en estos casos he despertado con enorme alivio, aunque esta vez he vuelto al poco al duermevela, atraído por un eco que me llegaba lejano y que parecía prendido a mi sueño. En él he creido reconocer las voces de un formidable coro entonando La varsoviana.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Mínima 8


Entre los favores recibidos, a la larga el más gravoso es el consejo amistoso y gratuito, por el que se pedirá permanente compensación en cuanto se desoiga y constante reconocimiento mientras sea atendido.

Mapa interactivo


Retrato sobre un mapa, Ed Fairburn
Una manía bastante extendida: desplegar un mapa cualquiera y escoger un punto en el que hacerse ver. Luego viene la broma: desde ese punto alguien nos mira.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Desde mi ventana


No eres una ventana desde la que se avista el mundo, tu ya eres un mundo y lo que buscas tan ansiosamente es una ventana abierta a otro mundo.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Día de gloria


Miraba sin salir de su asombro. Miraba una y otra vez para comprobar los detalles. Miraba sosteniendo fijamente su mentón, con su brazo izquierdo cruzado oprimiéndole el pecho. Miraba desasosegado a un lado y a otro, de vez en cuando a su colega con extrañeza, hasta que se dió la vuelta completamente desolado haciendo un gesto de renuncia. Su compañero se aprestó a darle una palmada en el hombro para consolarle: «¿Crees tú que es normal que alguien se ponga así por un triste teorema?». No hubo alivio, no parecía que fuera para él banal y no prosperó demasiado esa llamada al desenfado. Como un sonámbulo dio un par de pasos en la tarima intentando una discreta retirada. Fue entonces cuando en la pizarra pudo verse, bajo el inequívoco título de Contraejemplo, todo un enjambre de enmarañadas fórmulas entre las que resaltaba una más sencilla, metida en un recuadro. A su lado, con aire cínico y tiza en mano, su discípulo aventajado contemplaba la escena junto a la mesa, intentando mantenerse ausente, como quien mira sus notas, pero muy consciente de su victoria.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

El tiempo abusa


Un día tras otro dices que el tiempo te maltrata. No deberías permitirle que te humille. Así que mata tu tiempo sin reparo y déjate llevar por tu espíritu intemporal, como un asesino sublime.

lunes, 24 de diciembre de 2012

De pensar a penar


No deberías ponerte a pensar cuando estás en medio de ninguna parte. No hay ancla que te enganche y te mantenga si a tu alrededor no hay camino ni horizonte. Desde luego deseo no te faltará, porque el deseo rara vez se desvanece. Estamos, pues, en que piensas y deseas, y te imagino atascado en una charca de tu elección. Toda tu lucidez se tensará entonces, a medida que las turbias aguas te llegan como una marea hasta el cuello. Un momento crítico, sin duda, en que fácilmente se confunde lo bueno y lo malo, en que lo que viene llegando no viene y lo que se va yendo no se va. Estás ante la impronta de tu deseo, siempre oscuro, y lo que te anuncia es que estás listo para crecer. Si lo rehúyes e intentas sólo pensar para más saber, tampoco te será fácil decidir si es el tiempo lo que se ensancha o es la acción lo que se detiene. En casos como éste la vida pasa a defenderse concentrada en un punto álgido para que todo en nuestro interior resista próximo, creyendo que nuestra mente aguantará sujeta a nuestra voluntad. Sin embargo, en ese espacio tan diminuto todo acaba trastocándose, las emociones se confunden con las razones, las razones con los deseos, los deseos con las obligaciones. Siente uno entonces que todo comienza a crujir y que una amenaza se cierne y aguarda su rompiente. Al despertar en ese dilatado instante, el tiempo pasa a abrir sus puertas en otra dimensión, donde una difusa pasión gris aviva temores al encarnado deseo y nos condena a una adolescencia perpetua, el más silencioso de los tormentos.

domingo, 23 de diciembre de 2012

El secreto de Girizu


Avistando amenazas por el Norte
Es difícil de explicar que, después de subir hasta lo más alto de una montaña, nos encontremos en los venteados pastos cimeros con un extraño pozo circular, como de un metro de diámetro, de paredes bien cementadas en las que se incrustan, a modo de escala, unas oxidadas barras de hierro. La profundidad, sin embargo, parece escasa: me introduzco y la hierba del prado me queda justo a la altura del pecho. El fondo está lleno de tierra y hojarasca, pero no parece muy sólido. Si no fuera porque estoy perdido entre cumbres, pensaría que estoy pisando algún escotillón y que alguien ha excavado aquí debajo una galería. Aunque la obra parece hecha con algún propósito, me cuesta creer que, con el cielo casi tocando nuestras cabezas, tenga que ser precisamente aquí donde se abre una pequeña puerta al mundo subterráneo. Como propuesta misteriosa tiene su atractivo, pero si miro al prado que nos rodea veo más cagadas de oveja que ruinas olvidadas u otro tema de cuento. Además los cuentos, que son las guías más fiables en estos casos, suelen situar estas entradas en profundas cavidades de la montaña, cerradas por una vegetación inextricable y guarecidas por alguna bestia furiosa y celosa de su oficio. Con los pobres indicios que observo en superficie, no diría yo que el ambiente tiene algo de mágico, no al menos como para llegar a imaginarme una montaña minada, repleta de amplias salas, con largos pasillos, flanqueados por innumerables portones e iluminados por siniestras antorchas. Aún así, estas calenturas mentales hubieran podido pasar de hipótesis fantásticas y prosperar en un mito como el de Alicia o Barbazul, si no hubiera descubierto cien metros más allá otro pozo similar. Hecho ya a la sorpresa y alejado definitivamente de fantasías, llega el momento de hacer suposiciones más serias. La cima, con el hito que la corona, debe servir de culmen a una bóveda bajo la cual se encuentra una espaciosa sala de amplias dimensiones. Teniendo en cuenta las vistas que desde aquí se nos ofrecen sobre los valles de ambas vertientes, es probable que debajo de nuestros pies tengamos el centro de operaciones que algún estratega imaginó para hacer frente a embestidas bélicas aliadas más o menos fabulosas. Se sabe que la zona está atravesada por una línea de fortificaciones y que el collado de Ibañeta al que conduce la ladera es travesía antigua en el Pirineo desde los tiempos de Antonino y los vascones y paso luego de monjes y peregrinos. Más difícil era suponer que detrás de los pozos, en esta atalaya de Girizu, puede seguir escondida una estancia con su completo despliegue de mesas, teléfonos, mapas y prismáticos, y quizá hasta con su arsenal. Estoy convencido también de que entre las hayas de sus laderas es aún posible encontrar otras entradas, probablemente a recintos menos suntuosos que atraviesan la montaña formando una intrincada red disuasoria. En plena excursión mañanera estas sorpresas telúricas siempre fascinan, más por lo que prometen a la imaginación que por lo que al final sale a la luz. ¿Quién hubiera podido, si no, imaginar una cámara blindada en la cima de un monte y apostada ahí como un permanente y callado vigía? Según dicen los informes, el recinto lleva ya herméticamente cerrado y oculto unos sesenta años, sin misión que cumplir y abandonado. Pero nadie puede asegurar, conociendo la larga historia del lugar, que el día menos pensado no despierte en él de su letargo como un dudoso espectro entre brezos y nieblas, apuntando con su infernal artillería, el genio marcial que presumiblemente lo habita.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Entomología ilustrada


Hacia 1776 escribe G. C. Lichtenberg: «En nuestros tiempos, en que los insectos coleccionan insectos y las mariposas parlotean sobre mariposas». Desde luego, nada como el grabado al ácido para lograr el verdadero contorno —glorias y miserias— de la Ilustración.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Insiste el orador


Algunos, con grandes ínfulas, visten su discurso de gala y ahuecan en la tribuna su voz, sin más propósito que confirmarse a sí mismos, mientras que es sabido que en la retórica lo realmente importante es aprender a repetirse, para mostrarse cada vez más sencillo e incisivo.

jueves, 20 de diciembre de 2012

El supermono ofrece su protección


Tarzán, por Harold Foster
Incluso antes del Apocalipsis resplandeciente, corría ya la tropa apresurada a refugiarse en la espesura, bajo la tétrica sombra del impasible Tarzán.

Llegaron arcángeles nómadas que sin mejor tino ni oficio se asilvestraron; luego travestidos de humanoides se entregaron a segar cabezas díscolas.

De espinas armaron sus escudos y por detrás colocaron a los augures para que la sangre derramada ahuyentara entre conjuros cualquier signo de gloria menor.

Mientras vivían para el héroe, las aladas sombras hacían eco y se decían amigas, hasta que la tiniebla se extendió, todo se marchitó y el bosque entero calló.

Un grito despertó a la selva de su letargo, luego se oyeron las trompetas arremetiendo tormentosas y al final, bajo el diluvio, vimos desfilar temblorosos a los fieles.


Carta para la viajera


Postal remitida a Escocia desde las islas Juan Fernández
por Robinson Crusoe
Afortunadamente ahora no hay que acercarse a una estafeta o recoger los mensajes en el casillero de alguna oficina de correos, basta con enchufar el ordenador. Al menos eso hemos ganado. Ya que te supongo ahí, al otro lado, déjame que te hable un poco del tiempo que por aquí has dejado: una mañana de diciembre reticente a presentarse, gris como pocas y encima lluviosa. En días como éste, apenas encontramos estímulo para levantarnos. Sólo los resortes de la rutina nos empujan inexorables y casi despiadados hacia nuestras obligaciones. Para ti que, tras salir del refugio, te mueves como una mariposa de flor en flor, esto resultará cómico o dramático, pero sobre todo lejano. Confío en que, tras haber recorrido medio mundo, no estés frente a una mañana tan opaca como ésta y que te espere algo más que nuestro ritual de diario, anodino, sin más sobresalto que corregir lo que quedó fuera de lugar para volver a nuestro orden calmante. Apura tu que puedes el día, desde el punto de la mañana, con planes bien cruzados que cubran las horas a un lado y otro del mediodía y te las hagan, si no emocionantes, por lo menos gratas e interesantes. No permitas que los paisajes y los monumentos, por deslumbrantes que parezcan, te impidan trabar conocimiento de la gente, de lo que pasa en la calle. Cuando uno abre el oído a sus historias, a sus intenciones, a sus fantasías es cuando verdaderamente empieza a tener la impresión de haber recalado en otro mundo. No te precipites a la hora de juzgarlos. Por exótico que te resulte, su mundo no es más grato que el tuyo. Si por desgracia viven resignados a él, amarrados a creencias o cultos ridículos, a costumbres infames y odiosas, no emprendas de inmediato labores de apostolado. En lugar de eso empieza a mirarte a ti misma desde la extrañeza, imagínate metida en este pequeño, lejano y cómodo mundo tuyo, desde el que ahora te escribo. No hay motivo tampoco para el ejercicio de la compasión o la misericordia, no más del que puedas hacer gala por aquí. Que la miseria parezca allí más evidente, tiene que ver con la amplitud de movimientos con que te mueves y que te lleva por ambientes que en tu ciudad han pasado a resultarte ajenos, peligrosos y desconocidos. Observa, pues, en silencio y con atención cómo evoluciona su mundo, porque no hay espectáculo más fascinante que ver vivir a quienes tienen ansia de vida. Con ese recuerdo, con ese aliento prestado, aunque a la vuelta todo te resulte más monótono, lo encontrarás sin duda superable. Por contra, donde siempre te habías creído libre te verás repentinamente limitada, tan limitada como segura, y tan segura que ya sólo te harás a lo previsible. En poco tiempo, todo serán razones para volver al camino y reconocerte, una vez más a la intemperie, respirando hondamente el aire de otros mundos. Disfrútalo, pues, ahora que puedes, porque esa clase de aliento reanimará siempre tu memoria. Mientras tanto, por aquí no nos queda otra que mirar el correo y seguiros por el mapa, sacar del cajón alguna foto —no el album, por favor— para animar recuerdos y recomponer la mesa disimulando los vacíos.
Recibe tanto tú como tu hermano un fuerte abrazo


Oltremare, Ludovico Einaudi.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Mínima 7


Lo que hace peligrosa la fe es que alimenta convicciones, nunca certezas.

Caídas poéticas


Cuando hablando tensas demasiado el verbo, afinas tan mal que suena como un violín.

martes, 18 de diciembre de 2012

Mínima 6


Las ruinas siempre levantan rumores sobre su brillante porvenir.

Dale a esa palanca


Los perdedores libres de complejo son los únicos que tienen algo útil que enseñar.

lunes, 17 de diciembre de 2012

El irresistible toque navideño



El uso disuasorio de la «fragancia a lobo», colocado en pasos estratégicos, ha logrado, al decir de los experimentados cazadores de Cardona, que los jabalíes de sus montañas reculen y no asomen el hocico fuera de su habitat boscoso. Como método de ahuyentar merodeadores el tufo puede que funcione, pero hasta que no lo pongamos en el mercado navideño, no sabremos realmente si será capaz de cumplir el principal mandato de cualquier fragancia que se precie: atraer a las hembras y, en Cardona, aumentar la cifra de lobas cazadoras y federadas.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Dando la novedad


Es verdad que los hechos se suceden, incluso diría que la actualidad se recrea en ellos dejándolos al alcance del testigo que pasa. Solo que al verlos de cerca, suena a intriga poética ese intento de reflejarlos como imágenes que arrastrara un devenir anónimo y ciego. En realidad los hechos no cesan de cambiar y generar actividad productiva, llevan la huella de nuestra mano: la actualidad es un producto que constantemente se crea y que presentado como novedad simplemente se consume. Pero nunca podrán ser novedosos los hechos, cuando vienen a surgir como actos rutinarios de un espectáculo perpetuo; a lo sumo serán reincidencias de sus eternos actores. Además de desvelar esas constantes vitales, los archivos, las crónicas, las hemerotecas demuestran su indestructibilidad, su persistencia.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Nos esperan los exoplanetas



Leo en prensa más o menos lo siguiente: «El Planetary Habitability Laboratory presentó el año pasado el Habitable Exoplanets Catalog para dar medida de la idoneidad de estos mundos emergentes para la vida y como una forma de organizarlos de cara al público». Supongo que el siguiente paso será organizar al público sobrante, colocarlo de cara a esos mundos emergentes y ayudarle con una propulsión meteórica en el culo a buscarse la vida en esos prometedores exoplanetas. La banca estaría considerando esta remisión de excedentes humanos como un proyecto de alcance estratégico, consciente de que es urgente lograr un mínimo equilibrio entre el ingente mundo de su propiedad y los emergentes, sin propiedad aún definida. Ante la creciente amenaza de ese desequilibrio, gana enteros la posibilidad de abrir al gran público una nueva línea de crédito, conocida internamente con el lema de Tu casa, en el otro mundo. Por su parte, los bancos regionales se comprometerían a correr con todos los gastos logísticos del desalojo de esta gente, autobuses y bebidas incluidas. A los gobiernos únicamente les correspondería organizar al personal, mantener el orden y fomentar un sano espíritu colonial entre los bravos expedicionarios.

Mínima 5


Nada se hace esperar, cuando es lo bastante odioso. Nadie se hace esperar, cuando se siente imparablemente gracioso.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Poderosos gigantes morales


Como las acusaciones de comportamiento anormal exigen de quien las vierte cierta autoridad moral, hay quien las usa sin rebozo para recomponer y prestigiar su autoridad o para presumir de un criterio moral que nunca ha seguido.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Aguatriste


Tanto y tanto suspirar, para que vuelva la nube. Y ahora que ha venido, va y la haces llorar.

martes, 11 de diciembre de 2012

Felpas banderizas


Con el colorido estandarte nos enjugamos los sudores, que otros ven luego escurrirse gota a gota con un punto de emoción, como si fueran lágrimas.

lunes, 10 de diciembre de 2012

El mundo en el catálogo


Abro un viejo catálogo de libros, son libros de bolsillo de los años 60 y 70, un material definitivamente pasado de moda, como de otros tiempos. Sorprenden algunos de los títulos que se ofrecían, pero sorprende aún más la insistencia con que en ellos aparecen palabras como introducción. Hay ahí introducciones para casi cualquier tema, como si el lector medio partiera en conocimientos de cero. Las hay en gran abundancia de economía, que si capitalista, que si socialista, que si de la España medieval, que si de la Sicilia normanda. Pero tampoco es el único tema, ya digo que hay un amplio abanico de introducciones con las que se puede estudiar desde el sistema de producción asiática a la ecología de los crustáceos pasando por la poesía china y el Africa Occidental francesa, sin olvidar, claro está la filosofía, toda la gama de filosofías.

Indudablemente la palabra introducción tenía su gancho, sonaba a invitación para legos, para curiosos, para entusiastas, para hambrientos en aquel erial. Vivíamos en esa onda, porque dependíamos de ese tipo de fuentes para intentar contemplar el mundo e imaginar uno nuevo con un mínimo de conocimiento. Hoy las introducciones se han convertido en cursos en las universidades, ofrecidos en muchos casos por aquellos lectores de introducciones de entonces. En otros muchos casos se han visto sustituidas por las austeras páginas de la Wikipaedia. Cualquiera puede suponer que, con ese giro hacia las materias normadas o la cultura digital, lo que ahora se ofrece no tiene desde luego el mismo aliciente que aquellas lecturas. Yo hablaba de entusiastas, a diferencia del ambiente previsible y gris que preside normalmente los cursos universitarios. De las enciclopedias y su apoyo anónimo y puntual frente a la fría pantalla digital no creo que haya mucho que decir.

No está claro, viendo por donde van las cosas del mundo, que hayamos sacado mucho provecho de aquellas introducciones. Por lo menos no más allá de los cursos magistrales que impartimos, de los cursos y de nuestro vano intento por alcanzar un mundo mejor. Pero nadie puede negarnos algún conocimiento, y de tenerlo es porque alguna vez fuimos lectores, diría que apasionados, de aquellos libritos. Entrábamos como exploradores en toda clase de temas, normalmente leyendo como de puntillas obras muy por encima de nuestras discretas posibilidades intelectuales, a base de lecturas parciales, sesgadas y a veces fragmentarias, que contrastábamos con nuestros iguales en discusiones a deshoras, siempre animadas e inacabables. De muchas cosas sé poco más de lo que aquellas introducciones me dejaron, en otras creo haber progresado un poco más, pero sólo
por oficio. A algunas obras llegué intentando emular a otros que se había atrevido con ellas, sin mediar demasiado cálculo sobre sus dificultades. En la mayoría de los casos, una curiosidad impulsiva, alimentada por noticias y referencias, nos guiaba en nuestras pesquisas para localizar el libro. La tarea podía llegar a ser laboriosa, hurgando a veces en los rincones de la trastienda de ciertas librerías. De ahí el libro pasaba, una vez leído, a un circuito de lectura formado por un amplio círculo de lectores amigos y abastecido por un catálogo enciclopédico mutuamente compartido.

En aquel ambiente vi cómo algunos entraban en la psicología de la mano de Freud para acabar llegando a Lacan y a otras honduras. A otros les daba por Brecht y Stanislawski, o por gentes de las que ya nadie habla como Antonin Artaud o Peter Weiss. Hizo furor, por ejemplo, El hombre unidimensional de Marcuse, aunque no sé cuantos lo acabaron de leer realmente. Y lo mismo por lo que se refiere a Althusser, por no hablar de Marx y Engels, respetados hasta la veneración pero apenas leídos. Había editoriales imposibles como Ruedo Ibérico, libros míticos como Rayuela de Cortázar, libros obligados como El laberinto español de Brenan, todo podía caber en esa ansia incorregible de lecturas. El catálogo de libros que tengo entre manos viene a ser como uno de los mapas de aquel territorio lejano y, continuando con el símil, podríamos imaginar como puertos de acceso las múltiples introducciones. Fuera por esas o por otras puertas, conseguimos finalmente entrar a aquel mundo, aunque un poco desarrapados, como aventureros, y lo cierto es que acabó siendo más grande de lo que nunca imaginamos. Ahora que lo habitamos, podemos afirmar que es también más laberíntico de lo que nos anunciaban aquellas introducciones que leímos como entrada. He recorrido parte de ese territorio y no puedo decir a estas alturas que me guste. Por eso ha llegado quizá el momento de volver al catálogo de libros y rebuscar entre los títulos para encontrar alguno que vaya en dirección contraria a la introducción, de esos que hablan de despegue, de evacuación, de salida.


sábado, 8 de diciembre de 2012

El juez y su membrillo


Sopesando la madurez del membrillo
Hablan como si fuera ley natural, seguramente emparentada con el principio de supervivencia, que los astutos desplumen sin piedad a los confiados. El engaño, que es el instrumento del que se valen esas naturalezas, admite, no obstante, muy varias proporciones según la piedad que entre en juego, más escasa a mayor cantidad desplumada y casi siempre insensible a la publicidad generada. Como el desplume bien publicitado se ha convertido en fuente segura de ganancias, son muchos los que despiertan su ingenio atropellando al ingenuo y sometiéndolo a pública vergüenza. De sí mismos dicen que sólo festejan, mientras sacan sustancioso provecho, eso a menos que se les vaya la mano, en cuyo caso querrán que todo sea un rato desenfadado o una lección gratuita de gramática parda. Algunos hacen bien pronto oficio, da grima verlos de astutos aprendices ganando galones de maestro con sus triunfos a costa de sus humillados compañeros. Por ser al cabo una ley natural, la justicia, no siempre tan indulgente en otros casos, deja aquí que todo siga su curso, alegando que ni el ánimo de broma es punible ni el sentimiento de vergüenza es objetivable. Ese trampolín anima a los que viven del timo y de la estafa y los mantiene bien cebados con la gente ingenua. Sólo en el más flagrante de los casos, la justicia, aguantando muy sabiamente la risa, se decide y aparece. Un docto juez de Santander ha dictaminado que «el Derecho no puede ser más protector de los astutos que defensor de los confiados». Alabo su criterio, aunque grande es todavía su fe. Cree que basta con sopesar razones en esa balanza justiciera. Su confianza en la ley le obliga, tras realizar su pesada, a confiar esa misma balanza a otras manos jerárquicamente más diestras, y quién sabe si más astutas, donde la materia que sopesó se verá arteramente trucada y la sentencia que dictó públicamente rebatida. El Derecho sí puede ser protector de los astutos, suele serlo, pero lo peor es que necesita imperiosamente de los confiados. Todo esto es natural y está dentro de lo legal, me comentan los togados con estruendosas risas.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Sic transit


El mundo nace hoy de nuevo, sus habitantes somos ya gente venida de otro mundo. La calle bulle llena de espectros.

Épica para desfallecidos


Caballero de la Orden de la Encina
Cuentan y no paran de la batalla de Chapardia, efeméride tan desconocida como decisiva para la historia patria. Entre los muchos lances gloriosos registrados en aquella épica jornada, destaca el protagonizado por el conde de Olexua cuando se internó al frente de una partida de fieles seguidores en un oscuro chaparral para dar caza a las escurridizas guerreras nativas. Sería allí donde, por no estimar su inoportuna flaqueza, acabaron de entre los suyos los más en triste degollina, quedando al final muy sólo él, pero muy gallardo, frente a aquella profusa barbarie. Un buen rato aguantó alzado sobre su caballo, intimidando a todos desde su altura con mirada paladina y entera. Atacó por fin, cegado por su coraje, y fue al recibir la mortal lanzada cuando esgrimiendo su vacilante espada exclamó desolado: «El mismo cielo al que has servido fiel sabrá por qué te has quedado hoy tan corta».

jueves, 6 de diciembre de 2012

Consejos resistibles


Quien no decide, siempre tiene a mano un buen consejo que darte, un consejo que revelará su clarividencia y le otorgará decisiva ventaja si las cosas te salen mal. Frente a estas sugerencias taxativas, nada mejor que seguir los pasos de Alejandro Magno, al que su general Parmenión, tras una oferta del rey de Persia, aconsejaba: «Pues yo, si fuera Alejandro, admitiría esa oferta». Alejandro entonces replicó: «Yo también, si fuera Parmenión».

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Mi cabeza histórica


Para evitar un ataque de amnesia demoledor es útil no dejar la cabeza olvidada bajo la guillotina y más saludable aún no olvidar, mucho menos su funcionamiento. Historias inconexas como ésa suelen ser la mejor profilaxis para no perder la cabeza, porque entregados de continuo a la nuestra pronto la memoria se torna evasiva y se nos va en torbellinos.

martes, 4 de diciembre de 2012

La vida en relativo


Self (1991) © Marc Quinn
Retrato de la serie realizada sobre su propia sangre congelada
Cuando arrecian las críticas al relativismo —así sin adjetivos— es del todo saludable preguntarse qué se nos propone como alternativa. Viendo lo que algunos apuntan con sus diatribas, más parece que esa carga crítica haya de ser vista como contrapeso en alabanza de su opuesto, el absolutismo. En boca de los camuflados apologistas del absolutismo, el relativista viene a ser el indeciso, el relajado, el irresuelto; alguien dominado por una mente dubitativa, errabunda, imprevisible y siempre acomodaticia, gobernada ante todo por su debilidad y por la perentoria necesidad de verse aceptado, así como de adaptarse cualquier circunstancia impuesta. Desvelar su visión es tan simple como darle la vuelta a los adjetivos, pasándolos de vicios a virtudes, de las que se obtiene un catálogo inverso, un sólido sistema de valores en expresión de algunos, sobre el que montar una perfecta observancia del absolutismo. La inversión no da para medias tintas, se guía por el principio del extremo opuesto. Con ella se asegura una completa demolición del funesto relativismo personal, exhibiéndose después sus restos como una tenebrosa ruina filosófica. Evidentemente, no se trata sólo del lenguaje, toda esa rigidez lógica revela una clara inspiración moral, y en el fondo dogmática, de toda esa involución crítica. Suele venir acompañada, además, de teatrales reclamaciones de valores, que pretenden encubrir la solapada exigencia de un código de conducta único y de un régimen de obediencia inapelable. Unos dirán que esa exigencia dimana de una unidad, trabajosamente ganada, de criterio social, pero la experiencia nos dice que, sin adoptar ciertas distancias y relativizar mediante acuerdos la propuesta, todo viene a parar en creciente beneficio de un poder absoluto. Ahí ya no puede haber sitio para alguien flexible, cuando será tachado sin matices de relajado o de flojo; ni para el escrupuloso, que es personaje quisquilloso e indeciso; y mucho menos para el crítico, ese que quiere vivir por encima leyes y códigos, como un forajido intelectual. Es verdad que la propia identidad nos impide ser entes relativos, pero, si entendemos nuestras acciones como reflejos identitarios, deberemos también aceptar que cada uno de los espejos con que nos topamos produce efectos más o menos dispares, de los que siempre surgiremos como personajes, como un personaje con una imagen aproximada y necesariamente relativa.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Telón oriental


Cisnes nadando en el lago de Qinghai. Foto: Han Yuqing/Corbis
Probablemente ese inmenso y profundo cielo de color miel no sea sino un extraño fulgor, el efecto gratuito de alguna óptica engañosa. Quien quiera puede verlo como un telón imposible, que se abre de par en par al país de las maravillas. Otros, más cautos, adivinamos en esa oscuridad el destino inequívoco y volátil de toda ficción. Las imágenes siempre quieren reflejar hechos, pero acaban proclamando fantasías. Ninguna imagen parecerá completa si no invita a la conjetura. Nadie me sabe decir qué clase de negra geografía penetra suave pero implacablemente desde un extremo de ese horizonte meloso. Si nos rendimos al encantamiento vital de lo que frente a ella brilla, puede que no lleguemos a ver lo que se acerca como una sospecha, como el incipiente presagio de esa severidad que arriba acecha. Nadie me sabe decir si son cien, mil o diezmil los blancos cisnes que surcan indiferentes las aguas plateadas del lago. La armonía escapa a los números, tampoco sabe de mares profundos, la armonía es principalmente una cuestión de contrastes. Muchos creen que basta contemplar el delicado juego entre luces y contraluces para ver alumbrar lo armónico, cuando la armonía, si quiere ser verdadera, vivirá siempre suspendida, gravitando en medio del temor, como la paz amenazada que sobrenada esas aguas calmas.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Para indecisos


La decisión más difícil surge cuando uno no sabe si es realmente necesario.

Mínima 4


Si crees que la risa te viste de payaso, vístete de uniforme y no pararás de reir.